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Control de calidad: nuestro compromiso en cada botella

Detrás de cada botella que llega a tus manos hay algo que no siempre se ve, pero se siente: el compromiso silencioso de un equipo que trabaja todos los días para garantizar que lo que estás tomando no solo sea agua, sino confianza líquida.

Y eso se logra con una sola fórmula: control de calidad riguroso, humano y constante.

Una promesa que empieza en el origen

El proceso comienza mucho antes de que la botella toque la línea de llenado. Empezamos por monitorear la fuente de agua todos los días. No solo porque lo exige la normativa, sino porque lo sentimos como una responsabilidad ética. Revisamos parámetros como el caudal, la temperatura natural del manantial y cualquier pequeña variación que pudiera indicar cambios en el entorno.

Controles físico-químicos: sin margen de error

Cada lote de agua pasa por un laboratorio interno equipado con tecnología de punta. Allí, medimos el pH, la conductividad eléctrica, los niveles de minerales como calcio, sodio, magnesio y la ausencia de contaminantes como nitratos y metales pesados.

Pero no todo es tecnología. Hay personas con bata blanca, lupa en mano, que interpretan lo que las máquinas no pueden ver: el comportamiento del agua, su estabilidad, y hasta su olor. Sí, el agua también se huele.

Controles microbiológicos: pureza garantizada

Además del perfil mineral, controlamos que no haya bacterias, hongos, levaduras ni microorganismos que puedan alterar la calidad. Estos controles se hacen en salas estériles, bajo condiciones estrictas, y con técnicas que cumplen estándares internacionales.

Solo si el lote pasa todos estos filtros, puede continuar su camino hacia el embotellado.

calidad

Control visual y de sellado: cada detalle importa

Ya en la línea de producción, revisamos a mano una por una las botellas antes de que sean selladas. Sí, seguimos apostando por el ojo humano. Revisamos el llenado, el nivel, el etiquetado, la tapa, y hasta el brillo del vidrio. Queremos que la experiencia sea impecable desde que la ves hasta que la abrís.

Porque calidad no es un eslogan, es una forma de trabajar

No hay fórmulas mágicas: solo un trabajo constante, una ética de cuidado y el respeto por un recurso natural valioso.Cada botella que sale de nuestra planta lleva más que agua: lleva una promesa cumplida.

Agua Virgen: pureza que se controla, se protege y se honra.



 
 
 

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